Buenas de nuevo,
No recuerdo un lunes 16 de febrero tan bueno... hoy se alinean los astros y hemos coincidido una cuadrilla de élite para una vía de categoría.
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Partimos para el Chorro Javi, Curro, Juanma, Fátima y el que escribe. La aproximación a la vía nos muestra la obra del nuevo caminito del Rey que dobla el impacto visual de la anterior construcción y lo prolonga más allá del puente de hierro, cortando vías emblemáticas como Amapola, Octopus dei, Avión roquero y muchas más. Por lo que parece, aquí ya no florece la Rupicanus Africana. .
En fin, después de acercarnos a la pared y meterme en faena con el cable que aproxima a la tirolina, tengo la lucidez de no dejarme caer sobre el mismo, porque el estado que presentaba era bastante lamentable. Mi sorpresa se tornó en sobresalto al comprobar que a mitad de la línea de vida, el cable está seccionado y queda cogido por solo un hilo del perrillo que lo amarra a la chapa. ¡¡MUCHÍSIMO OJO SI VAIS A CRUZAR!! , haced la travesía encordados y chapando la cuerda a los seguros, ¡¡ese cable no sostiene ni una bolsa de la compra!!
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La tirolina ya no tiene el perno que se utilizaba para cruzar, así que mejor llevar una polea o como alternativa un mosquetón de acero. El cable de abajo está bastante oxidado y el mosquetón del anclaje de la recepción está abierto y oxidado. El resto de línea de vida de la ferrata todavía está decente.
Una vez comenzada la aventura con la aproximación, toca escalar:
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Aseguro a Juanma mientras va llegando el resto del personal por la ferrata.
Juanma monta reunión y le sigue Fátima.
El primer largo de nuestra cordada se lo negocia Curro, que le coge el gustillo y continúa, empalmando segundo y tercero.
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Cuando asomamos a la terraza, la vista de la placa del cuarto largo es impresionante.
Como yo ya he escalado el cuarto largo en dos ocasiones de primero, le cedo la cabeza a Javi que todavía no se había estrenado hoy.
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Cumbre del equipo campeón.
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Terminamos y decidimos bajar por detrás desde la zona de la Monster, hasta el caminito, en vez de rapelar la vía y la tirolina. Algo arriesgado el descenso por la vegetación y la humedad en estas fechas.
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Al llegar al caminito del Rey, nos encontramos con la cuadrilla de trabajadores que está, dándole forma al proyecto. Allí me encuentro a antiguos compañeros de escaladas de mi Antequera. Fue una gran sorpresa encontrarme con Toni y Miguelón, que nos mostraron parte de la obra realizada en el caminito.
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Eso es todo, sin duda volveremos a escalar otra vía en Cerro Cristo.
Saludos
